Israel aún no decide cómo responder al ataque iraní del fin de semana, en el que se dispararon más de 300 proyectiles contra su territorio en el primer enfrentamiento militar directo entre la República Islámica y el Estado judío.
Israel debe equilibrar, por un lado, la presión internacional para que dé muestras de moderación y, por otro, la búsqueda de una respuesta adecuada a un ataque sin precedentes. El primer ministro Benjamín Netanyahu tiene que sopesar ahora el llamamiento de su coalición de derechas a una reacción contundente y el riesgo de un mayor aislamiento internacional de Israel al ampliar la guerra sin apoyo internacional.
El Gabinete de Guerra israelí mantuvo el lunes su determinación de responder al ataque de Irán por lo que Irán dice que fue una represalia a un presunto ataque israelí contra un edificio diplomático iraní en Damasco el 1 de abril. A pesar de la presión de los aliados para no escalar, el Gabinete está ahora debatiendo el momento y el alcance de la respuesta, explicaron dos funcionarios israelíes familiarizados con las deliberaciones.
Los analistas afirman que Israel tiene pocas opciones, y cada una de ellas tiene un precio para el Estado judío, sobre todo porque ya está inmerso en una brutal guerra de seis meses con Hamas en Gaza y se enfrenta a varios combatientes respaldados por Irán en la región.
Un ataque directo contra Irán sentaría otro precedente. Aunque se cree que Israel ha llevado a cabo operaciones encubiertas en Irán a lo largo de los años, a menudo dirigidas contra personas o instalaciones consideradas una amenaza para su seguridad, nunca ha lanzado un ataque militar directo contra territorio iraní.
FUENTE: CNN en Español.