Incendio en confitería céntrica de Resistencia: una tragedia que se evitó por poco y expone fallas municipales

El principio de incendio en la confitería San José, ubicada en el corazón de Resistencia, dejó al descubierto una grave negligencia: en el lugar había 10 tubos de gas de 45 kilos y una caldera, sin que los inspectores municipales lo hubieran advertido.

La madrugada del jueves pudo haber sido trágica en pleno centro de Resistencia. Un principio de incendio en la confitería San José, ubicada en la esquina de avenida Alberdi y Julio A. Roca, obligó a una intervención urgente de la Policía y los Bomberos para evitar una posible explosión. En el lugar había diez tubos de gas de 45 kilos y una caldera, instalados en una zona crítica del establecimiento.

El hecho fue alertado por una empleada del local, A.A.C., de 25 años, quien advirtió al agente Nicolás Centurión mientras realizaba recorridas preventivas por la zona. El agente verificó el foco ígneo en la planta superior del comercio, justo donde se encontraban los tubos de gas y pidió refuerzos de inmediato.

Al lugar acudieron otros efectivos de la División Caminantes, quienes comenzaron las tareas de control con extintores y baldes de agua, hasta que llegó el equipo de la División Bomberos. La acción coordinada entre fuerzas evitó una tragedia, que podría haber afectado no solo al comercio sino a todo el entorno céntrico.

Pero el caso encendió otra alarma: ¿Cómo es posible que un local comercial con alta concurrencia funcione con semejante carga de gas sin que intervenga la Dirección de Habilitaciones de la Municipalidad de Resistencia? La normativa local impone condiciones estrictas para el almacenamiento y uso de gas envasado. Incluso en kioscos de barrio se permite un máximo de 3 a 5 garrafas, en condiciones de aislamiento térmico, ventilación y seguridad específicas.

Más aún: hoy existen sistemas de gas centralizado que evitan este tipo de riesgos, lo que vuelve aún más inexplicable la presencia de los tubos en pleno microcentro.

El municipio aún no se ha pronunciado al respecto. Tampoco se conoce si se iniciaron sumarios internos ni si se revisarán otras habilitaciones otorgadas en la zona.

¿Negligencia o desidia?
Lo cierto es que esta vez la rápida reacción de las fuerzas de seguridad evitó una catástrofe. Pero el fondo del problema sigue sin resolverse: una falla de control municipal que pudo costar vidas.

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