Aumento millonario en el Senado: solo un chaqueño renunció, dos peronistas lo aceptaron en silencio

De los tres representantes del Chaco en el Senado de la Nación, solo uno renunció al aumento que llevó las dietas legislativas a los 9,1 millones de pesos brutos mensuales. Se trata del radical Víctor Zimmermann, quien optó por rechazar el incremento habilitado por la presidencia de la Cámara alta. Por el contrario, los senadores peronistas María Inés Pilatti Vergara y Antonio Rodas no lo hicieron, al menos hasta ahora.
La controversia por las dietas volvió a encenderse en las últimas semanas, luego de que el Senado habilitara un nuevo aumento salarial para los trabajadores legislativos, al que quedaron automáticamente “enganchadas” las remuneraciones de los senadores. Esta actualización se sumó a los incrementos previos, lo que llevó las dietas a niveles récord: entre $9 y $9,5 millones brutos, dependiendo del caso.
Ante la ola de críticas y el repudio social que provocó la noticia —que incluso generó un nuevo ataque del presidente Javier Milei contra lo que califica como “la casta” política— la vicepresidenta Victoria Villarruel firmó un decreto que ofreció a los senadores la posibilidad de renunciar voluntariamente al aumento, presentando una nota formal ante la presidencia de la Cámara.
La medida dividió aguas: la mayoría de los legisladores de La Libertad Avanza y del PRO renunciaron al aumento, mientras que los senadores más cercanos al kirchnerismo, como Oscar Parrilli, Alicia Kirchner, Juliana Di Tullio y Eduardo “Wado” de Pedro, decidieron conservar la mejora en sus ingresos.
En el caso del Chaco, Zimmermann fue el único en alinearse con el rechazo al aumento. En cambio, Pilatti Vergara y Rodas, ambos enrolados en Unión por la Patria, no renunciaron a sus dietas actualizadas. Desde ese bloque sostienen que el verdadero ingreso de bolsillo ronda los $4 millones y que el debate es “hipócrita” y “para la tribuna”.
Mientras tanto, algunos senadores impulsan una alternativa intermedia: destinar el dinero del aumento al Hospital Garrahan, que atraviesa una situación crítica por el congelamiento de su presupuesto. La neuquina Lucila Crexell reflotó un proyecto que propone que los fondos no cobrados por los legisladores sean donados directamente al hospital pediátrico. La iniciativa suma apoyos, pero aún debe tratarse en el recinto.
El debate sobre las dietas legislativas se ha convertido en un símbolo del malestar social y de las internas políticas en un contexto de ajuste. En medio de esa escena, la representación chaqueña muestra una división que no pasa desapercibida.
Con información de Ámbito