Del amor al expediente: el cruce Capitanich–Mendoza en plena investigación por tierras y supervisión de cuentas bancarias

Mientras la Justicia federal avanza con el levantamiento del secreto bancario, fiscal y bursátil de Jorge Capitanich y sus hijas, Sandra Mendoza, su exesposa y madre de las jóvenes, lanzó un explosivo descargo público que reaviva el conflicto personal y político. Es que Capitanich volvió a insistir en que el divorcio lo dejó en la calle, pero Sandra afirma que ella «no se quedó con ningún peso» de él.
El divorcio entre Jorge Capitanich y Sandra Mendoza fue en 2009, pero sus consecuencias siguen resonando más de una década después, ahora bajo el marco de una causa judicial que podría complicar al tres veces gobernador del Chaco.
En las últimas horas, Mendoza, exdiputada nacional y madre de las hijas del exmandatario, publicó un encendido mensaje en sus redes sociales en el que niega haberse beneficiado económicamente del matrimonio y acusa al entorno judicial de haberla separado injustamente de sus hijas. “Nunca me quedé con un peso de nadie”, escribió, apuntando contra «el poder» que habría influido en el proceso de divorcio.
El posteo, que rápidamente cosechó cientos de interacciones, surge en medio del avance de la causa que investiga posibles maniobras con tierras y bienes. El fiscal federal de Sáenz Peña, Carlos Amad, logró que se levante el secreto bancario, fiscal y bursátil sobre Capitanich, sus hijas Guillermina y Jorgelina, y varios allegados, lo que abre un nuevo capítulo en la pesquisa.
Capitanich, por su parte, volvió a referirse públicamente a su situación patrimonial. Entrevistado por ChacoTV Stream, aseguró: “Todos saben que tuve un divorcio y me quedé sin casa”. Insistió en que no tiene inmuebles ni vehículos registrados a su nombre y que vive “al día”, alojándose en departamentos alquilados o prestados cuando visita Chaco.
“Me da bronca que no me respeten por esta condición”, expresó, molesto por las burlas que —según dijo— recibe por su austeridad. Y volvió a remarcar: “Todo está en mi declaración jurada”.
Sin embargo, el fiscal Amad busca precisamente cruzar esa declaración con los informes que se esperan del Banco Central y la Unidad de Información Financiera, para determinar si existen bienes ocultos o triangulación con terceros.
El descargo de Mendoza, cargado de reproches y señalamientos, incluye nombres propios y viejas heridas. “Violaron todos mis derechos como madre”, escribió, mencionando a funcionarios judiciales y exponiendo que el divorcio fue manipulado con “ayuda del poder”.
Así, lo que parecía ser un asunto íntimo quedó reexpuesto en el centro de la agenda judicial y mediática debido a las declaraciones de Jorge Capitanich que sigue insistiendo sobre su “pobreza”, pero Sandra no le deja pasar una y la separación sigue con efectos colaterales que, más allá del amor, ahora está bajo la lupa de la Justicia.
Los posteos de Sandra
El divorcio también fue mediático
El 2 de octubre de 2009, en el marco de una protesta piquetera que llevaba casi 40 días frente a la Casa de Gobierno del Chaco, el gobernador Jorge Capitanich anunció públicamente su decisión de divorciarse de su esposa, la entonces diputada nacional electa Sandra Mendoza. El detonante fue el abierto respaldo de Mendoza a los manifestantes, en un conflicto que terminó con un violento desalojo y 29 detenidos.
Mientras Capitanich comunicaba que la actitud de su esposa lo había llevado a tomar «una decisión difícil», Mendoza denunciaba que se le había impedido el ingreso a la sede gubernamental, responsabilizando al vicegobernador Juan Carlos «Yiyo» Bacileff Ivanoff y advirtiendo que estaba dispuesta a iniciar una huelga de hambre. «Si quieren un muerto, lo van a tener», lanzó en una declaración que generó fuerte repercusión.
Lejos de confirmar el divorcio, Mendoza negó haber recibido notificación alguna y sostuvo que aún mantenía diálogo con Capitanich. Además, reivindicó su rol en defensa de los piqueteros y cargó contra el propio gobernador, recordando que fue su familia la que lo ayudó a iniciar su carrera política. «Sandra Mendoza no es Capitanich», dijo, marcando el inicio de una ruptura política y personal que trascendió los límites de la vida privada.
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