Descubrieron enterrada una estructura monumental de 3000 años que confirma las historias de la Biblia

Luego de 150 años, los arqueólogos confirmaron que una muralla de la Ciudad de David coincidiría con las descripciones impresas en las Sagradas Escrituras; qué significa esto para el cristianismo.

Publicado en LA NACIÓN

Luego de más de un siglo y medio, un equipo de arqueólogos de Israel se comprometió en una hazaña magna que dio como resultado final el desentierro de la muralla norte que protegió a la Ciudad de David. Sobre esta, existe una descripción en un pasaje bíblico, lo que desató la euforia entre los expertos y los fieles, ya que se conoció un posible respaldo de lo que relatan las Santas Escrituras.

El hallazgo corresponde a una serie de expediciones en Israel a cargo de la Autoridad de Antigüedades de ese país, que a diario trabaja en el descubrimiento de diferentes yacimientos arqueológicos que permiten proteger el patrimonio histórico y cultural. De este modo, días atrás se anunció que habrían reconocido la casa en donde Jesús ofició la Última Cena junto a sus 12 apóstoles, por lo que la reciente noticia de la muralla sacudió aún más a los creyentes.

Un hallazgo que respalda a las Sagradas Escrituras

La muralla funcionó como fortín para proteger el norte de la Ciudad de David. (Fuente: Autoridad de Antigüedades de Israel)

Ahora, en lo que respecta a este hallazgo, mediante un comunicado de prensa la organización informó sobre la fortificación “monumental” que protegió a los reyes de Jerusalén. Esta se ubica en las inmediaciones de la Ciudad de David, en el Parque Nacional de las murallas. Además de los arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades se sumaron profesionales de la Universidad de Tel Aviv.

El foso se formó en la Edad de Hierro y tiene 3000 años de antigüedad. Su mención figuró por primera vez en el Libro de los Reyes, en el pasaje 11:27. Una de las referencias indicó: “Reparó el Millo y cerró el portillo de la ciudad de David, su padre”. Y también se nombró en el Libro de Samuel.

Los restos de la muralla datan de hace 3000 años. (Fuente: Autoridad de Antigüedades de Israel)

Su objetivo fue el de proteger el norte de la ciudad del ataque de los invasores, ya que el sur tenía mucha más presencia militar. Durante 150 años los expertos intentaron resolver el misterio de su localización y debido a las recientes herramientas tecnológicas dieron con el sitio exacto. “Una vez más se revelan descubrimientos que arrojan luz nueva y vívida sobre la literatura bíblica”, dijo Eli Escusido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

“Fue creado por extensas canteras, el foso formó un enorme canal que separa la ciudad de David del Monte del Templo y la zona de Ophel. Los acantilados perpendiculares a ambos lados del foso lo hicieron intransitable”, señalaron en el comunicado de prensa.

Para dar con la fortificación, los expertos utilizaron de guía las escrituras bíblicas y las alinearon con los hallazgos anteriores. En más de un siglo la existencia de esta fosa no tenía sentido, hasta que por fin confirmaron su función primaria.

La primera mención de la muralla apareció en el Libro de los Reyes de Jerusalén en el pasaje 11:27. (Fuente: Autoridad de Antigüedades de Israel)

“No se sabe cuándo el foso fue excavado originalmente, pero la evidencia sugiere que se utilizó durante los siglos cuando Jerusalén era la capital del Reino de Judá -siglo IX a. C-, hace casi 3000 años, comenzando con el rey Josías. Durante esos años, el foso separó la parte residencial sur de la ciudad de la Acrópolis gobernante en el norte; la ciudad alta, donde se encontraban el palacio y el templo“, detallaron los directores de la campaña, el profesor Yuval Gadot del Departamento de Arqueología y Culturas del Cercano Oriente Antiguo de la Universidad de Tel Aviv, y el doctor Yiftah Shalev de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

La construcción de esta muralla fue de carácter “monumental y a gran escala”, no solo como protección para el pueblo, sino como un símbolo del poderío de los gobernantes de Jerusalén ante aquellos que entraban por sus puertas.

Esta obra cambió la topografía del terreno y requirió de habilidades y recursos de ingeniería destacables para la época. En agosto se presentarán los resultados finales de este hallazgo en una Conferencia sobre la Experiencia de Estudios de Jerusalén.

Fuente: LA NACION

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