Doce años sin su hijo por una falsa denuncia: una historia de injusticia y desamparo judicial

Juan Foster lleva más de una década intentando recuperar el vínculo con su hijo, del que fue separado a partir de una denuncia falsa impulsada por la madre del menor. Aunque la justicia penal lo absolvió por completo y desestimó las acusaciones como inexistentes, el fuero de familia nunca logró restablecer la relación entre padre e hijo. Hoy, el joven tiene 15 años y nunca pudo reencontrarse con su padre.

Todo comenzó en 2013, cuando la madre del menor denunció por abuso sexual a la abuela paterna, Rosario Abduch. La causa fue cerrada en menos de un año por falta total de elementos. Poco después, la mujer denunció al padre del niño, Juan Foster, por un supuesto secuestro, pese a que él no tenía contacto con el menor desde hacía meses. En esta segunda causa también se comprobó que los hechos jamás ocurrieron.

A pesar de estas absoluciones, el fuero civil no actuó en consecuencia. Recién en 2017 se ordenó una revinculación progresiva, pero para ese entonces el menor, ya influenciado por el entorno materno, se mostraba renuente al encuentro. Diversos informes profesionales hablaron de contradicciones, presión y manipulación, pero aún así no se avanzó en el restablecimiento del lazo.

Lo más polémico ocurrió en 2024, cuando el Cuerpo Interdisciplinario Forense de la Cámara Civil elaboró un informe que desconoció los antecedentes del expediente y avaló la postura de la madre. A pesar de que las denuncias ya habían sido desestimadas por la justicia penal, el informe retomó sus dichos y concluyó que no era aconsejable restablecer el vínculo. La jueza del caso, María Celia García Zubillaga, utilizó ese informe para cerrar definitivamente la posibilidad de contacto entre el padre y su hijo, señalando que «ya cumplió 15 años» y que no debía forzarse el reencuentro.

Foster, que nunca dejó de intentar revincularse, asegura que su única intención es poder explicarle a su hijo que nunca lo abandonó. “Me borraron como padre sin ninguna prueba. Quiero que sepa que yo no lo dejé”, afirma.

El caso expone una preocupante falta de articulación entre fueros judiciales. Mientras el sistema penal absolvió, el civil mantuvo las medidas que impidieron cualquier acercamiento. Especialistas en derecho de familia advierten que este tipo de situaciones no son aisladas, y reclaman una reforma profunda para evitar que las medidas cautelares se conviertan en condenas de hecho.

Juan Foster no fue condenado por la justicia, pero fue apartado de su hijo durante 12 años. Su historia es una herida abierta en un sistema que, por omisión o por temor, terminó favoreciendo la mentira sobre la verdad.

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