Dolor, indignación y pedido de justicia: “¿Qué valor tiene la vida de nuestra hija? ¿Un millón de pesos?”
Leo Machuca le habló a la fiscal. Además contó que no aceptaron a la Subsecretaría de Derechos Humanos como querellante.
A poco más de diez días del trágico accidente que le costó la vida a Milagros, una joven estudiante de diseño gráfico, su familia continúa reclamando justicia y visibilidad para un caso que conmovió a toda una comunidad.
El hecho ocurrió el sábado 22 de marzo, alrededor de las 14:20 horas , cuando Milagros circulaba en motocicleta junto a una amiga por la intersección de las calles Colón y Franklin. En ese momento, un automóvil Citroën C3 color gris plomo , conducido por Carla Sanabria , las embistió violentamente y se dio a la fuga, dejando a ambos jóvenes heridas en la vía pública.
La familia de Milagros en la voz de su papá Leo Machuca relató este viernes con profunda emoción que fueron los vecinos de la zona quienes prestaron la primera asistencia y colaboraron desde el primer momento aportando videos y material fílmico clave para identificar al vehículo y reconstruir lo sucedido. Gracias a ese material, y al trabajo conjunto con el 911 y las cámaras de seguridad de la zona, las autoridades localizaron a la conductora recién seis horas después , cerca de las 20:30. El vehículo, en tanto, fue hallado en un lugar distinto al domicilio de Sanabria.
Durante esas horas de críticas, Milagros luchaba por su vida en el hospital Fernando. Lamentablemente, en la madrugada del domingo, sufrió un paro respiratorio y falleció alrededor de las 7:00 de la mañana.
«Ella era bailarina, cantante, emprendedora, una artista con proyectos hermosos. Ya tenía su primera canción subida a Spotify», expresó su padre con la voz entrecortada. “Nosotros no sabíamos todo lo que hacía porque era muy reservada, cuidaba mucho su arte. Pero era muy compañera, muy especial”.
Lo que más indigna a la familia no es solo la gravedad del accidente y la falta de auxiliar por parte de la conductora , sino la ausencia total de contacto, empatía o preocupación por parte de Carla Sanabria o su entorno: “Ni un mensaje, ni un familiar, ni un abogado se acercaron a preguntar cómo estaba nuestra hija”.
Actualmente, la causa avanza con la representación del abogado Juan Arregin, quien solicitó la prisión preventiva para Sanabria , amparándose en el riesgo de fuga : su padre reside en Paraguay y posee ciudadanía paraguaya, lo que, según la familia, “no garantiza que la imputada permanezca en el país”.
Además, se teme que pueda entorpecer la investigación. A pesar del pedido, la Fiscalía, a cargo de Roxana Soto , no dio lugar a la querella presentada por la Secretaría de Derechos Humanos (a cargo de Hugo Maldonado), dejando a la familia con un sentimiento de desamparo institucional.
La indignación se intensifica al saber que Sanabria recupera su libertad bajo fianza: “¿Qué valor tiene la vida de nuestra hija? ¿Un millón de pesos?” , se preguntó el padre con dolor.
En paralelo, la comunidad continúa movilizándose. Tras una masiva marcha organizada días después del fallecimiento de Milagros, sus allegados y vecinos anticipan nuevas manifestaciones públicas. «Esto no termina aquí. No nos vamos a quedar quietos. Vamos a seguir hasta el final, por Milagros, por justicia, y por todas las víctimas del abandono».
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