El entorno de María Corina Machado desmiente rumores de exilio antes de la ceremonia de Oslo

A horas de la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz 2025, en la que María Corina Machado es la flamante galardonada, la incertidumbre sobre su paradero y su posible asistencia a Oslo domina la escena política internacional. Ante la ola de especulaciones, su equipo político fue enfático: la líder opositora venezolana, que vive en la clandestinidad desde hace más de un año, no contempla la opción del exilio.

Magalli Meda, ex jefa de campaña de Machado, y quien recientemente logró escapar de la Embajada de Argentina en Caracas tras un prolongado refugio, emitió una declaración tajante a través de la cuenta de X del Comando Con Venezuela.

“Cómo vamos a pensar que María Corina no va a regresar y se va a quedar en el exilio. Eso no existe. Eso es como decirle a una madre que va a dejar de querer a sus hijos”, afirmó Meda, desmintiendo categóricamente cualquier plan de la dirigente de abandonar su lucha desde fuera de Venezuela.

El hermetismo sobre la presencia de Machado en la capital noruega creció tras la cancelación de una conferencia de prensa prevista. A pesar de esto, el Instituto Nobel ha mantenido la expectativa hasta último momento. Su portavoz, Erik Aasheim, declaró que, si bien la institución está al tanto de las dificultades enfrentadas por Machado para viajar, mantienen la esperanza de recibirla este miércoles en la Municipalidad de Oslo, donde se le hará entrega de la medalla, el diploma y el premio económico de 1.2 millones de dólares.

La situación de Machado, de 58 años, es un reflejo del creciente hostigamiento estatal en Venezuela. Vive en la clandestinidad desde agosto de 2024, tras la intensificación de las órdenes de captura contra miembros de su movimiento político por parte de la dictadura de Nicolás Maduro. Su última aparición pública reportada data de enero, y su paradero se mantiene en secreto.

La concesión del Nobel a Machado es vista por numerosos gobiernos y organismos internacionales como un reconocimiento directo a su década de lucha por la defensa de los derechos civiles contra el régimen chavista. Organismos como la Oficina del Alto Comisionado de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han alertado sobre la ola de detenciones arbitrarias y persecución contra la oposición que siguió a las últimas elecciones.

El mutismo del régimen de Maduro, con Diosdado Cabello declarando desconocer cualquier plan de viaje, contrasta con el sostenido apoyo de seguidores y exiliados que sí han viajado a Oslo, esperando que la ceremonia sirva para intensificar la presión diplomática sobre Caracas y visibilizar la magnitud de los abusos políticos en el país.

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