El Supremo Tribunal de Brasil sentencia a Bolsonaro a 27 años de prisión por intento de golpe

En una histórica decisión, el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil ha condenado al expresidente Jair Bolsonaro a una pena de 27 años y 3 meses de prisión tras hallarlo culpable de orquestar un intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022. La sentencia fue respaldada por una mayoría de 4 votos a 1 de los magistrados de la Primera Sala, quienes determinaron que Bolsonaro lideró una «organización criminal» para evitar que Luiz Inácio Lula da Silva asumiera la presidencia.

La acusación, que se basó en una serie de pruebas y testimonios, señala que Bolsonaro buscó deslegitimar el sistema electoral de Brasil y, tras la derrota electoral, alentó a sus seguidores a impedir la investidura de Lula mediante manifestaciones, atentados frustrados y un asalto violento a las sedes del gobierno.

Con esta condena, Bolsonaro se convierte en el primer expresidente brasileño en enfrentar una pena por tratar de subvertir el orden constitucional. Junto a él, otros altos funcionarios de su gobierno, incluidos exministros y miembros de las Fuerzas Armadas, también fueron sentenciados a largas penas de prisión.

Los jueces del STF concluyeron que el expresidente formó parte de una estructura criminal que se extendió por varios meses. Desde principios de 2021, cuando Lula comenzaba a despuntar en las encuestas, Bolsonaro intensificó una campaña de descrédito contra las instituciones democráticas del país, lo que culminó en el fallido intento de impedir su sucesor de asumir el cargo.

La conspiración tomó un giro aún más grave tras las elecciones, cuando miles de manifestantes radicalizados, alentados por Bolsonaro, intentaron tomar el control de las sedes del poder en Brasilia, incluyendo el Palacio Presidencial, el Congreso y la Corte Suprema.

La sentencia ha sido recibida con una mezcla de reacciones. Mientras algunos sectores de la sociedad y del propio gobierno celebran la justicia, otros la consideran un punto de quiebre en la política brasileña, donde las tensiones entre la derecha y la izquierda continúan siendo profundas.

Ahora, el STF debe determinar el lugar y las condiciones en las que Bolsonaro y sus colaboradores cumplirán su condena. Los defensores del expresidente ya han adelantado que apelarán la sentencia, aunque, con la decisión de la Primera Sala, el caso parece estar cerca de su resolución final.

Este juicio marca un precedente en la historia de Brasil, subrayando el compromiso del país con la defensa del orden democrático. El proceso también resalta el desafío de enfrentarse a las amenazas internas a la democracia, especialmente cuando provienen de actores que han ocupado cargos de poder en el gobierno.

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