Por culpa del Clan Moyano, de los retrógados y de otros oscuros intereses, Resistencia lleva 40 años sin resolver el problema de la basura

En casi todas los países con democracias desarrolladas y fortalecidas, la basura es un negocio que tiene varios eslabones que reparten ganancias, reciclando muchos productos que serán reutilizados, aliviando al medio ambiente y evitando aumentar la destrucción de la naturaleza, además de generar empleo genuino.

Luego de cuatro décadas de fracasos de políticas acordes al discurso setentista-estatista, como buen perro del hortelano, estos sectores que son los únicos beneficiados del caos de la basura en Resistencia, ya no tienen argumentos para demostrar eficacia o los beneficios de sus ideas y propuestas porque solo provocaron decadencia y contaminación ambiental.

Trabajadores municipales recolectando residuos en avenida Wilde 50, pleno centro de Resistencia.

Las realidad es irrefutable, en Resistencia se recolecta la basura con máquinas topadoras: ¿cómo pueden insistir que la recolección y tratamiento de residuos debe continuar siendo administrada por el Estado? Pasaron todos los partidos políticos mayoritarios por la administración municipal y fracasaron, rotundamente.

Hace unos años, una empresa privada ofreció la recolección y tratamiento de residuos a muy bajo costo, casi gratis para el municipio de Resistencia, dado que el reciclamiento produce buenas ganancias, pero solo quería quitarse de encima los sindicatos, ya sea de camioneros o municipales, dada la industria del juicio -la inseguridad jurídica que existe en toda Argentina- y las prácticas mafiosas de algunos sindicalistas de nuestro país. Sino hubieran estos inconvenientes, estaban dispuetos a recolectar gratis a cambio de disponer los residuos libremente.

Esto no pudo concretarse y hoy estamos peor.

Ni siquiera se les ocurrió a los municipios del Área Metropolitana, plantear una solución en conjunto, pudiendo utilizar el tren para el traslado de cierta parte de los residuos recogidos. Nada, solo atraso y contaminación.

Es hora de avanzar hacia una solución favorable al medio ambiente y a los contribuyentes que pagamos un servicio costoso y de pésima calidad, que incluya la separación y clasificación de residuos, según su composición y biodegradabilidad.

Esta vez, que ni la marchita «combatiendo al capital» o el solgan «que se rompa pero que no se doble», se opongan al crecimiento y mejor calidad de vida que nos merecemos los ciudadanos. 

 

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