Roselle la perrita que guió a su dueño para salvarlo durante el atentado a las Torres Gemelas

Michael Hingson trabajaba en el piso 78 de la Torre Norte del World Trade Center. Era completamente ciego, pero eso nunca fue un obstáculo: cada día llegaba a la oficina acompañado de su perrita guía, Roselle, una labradora entrenada para ayudarlo a desplazarse con seguridad.
El 11 de septiembre de 2001, a las 8:46 a. m., un avión impactó contra la torre. El edificio tembló. Cayeron escombros del techo. Sonaron alarmas. La gente gritaba, corría, algunos estaban en shock. Nadie sabía bien qué hacer, pero Roselle sí.
A pesar del caos, el humo y el ruido ensordecedor, Roselle se mantuvo tranquila. Sin perder el control ni un solo momento, ayudó a Michael a encontrar las escaleras. Juntos descendieron 78 pisos a oscuras, en medio del pánico. Tardaron cerca de una hora. Cuando por fin llegaron a la planta baja, la torre colapsó.
La nube de polvo, concreto y cenizas los envolvió. Michael no podía ver nada, pero tampoco podía respirar. Fue Roselle quien lo guió otra vez, entre la neblina tóxica, hasta un lugar seguro.
Y aunque el mundo entero parecía derrumbarse, Roselle jamás soltó a su humano. Nunca se distrajo. Nunca se paralizó. Su entrenamiento fue importante, pero fue su amor, su vínculo con Michael, lo que los mantuvo con vida.
Después del atentado, Roselle fue reconocida como heroína. Ganó premios, inspiró libros y conferencias, y se convirtió en un símbolo del poder del vínculo entre humanos y animales.
Murió en 2011, pero su historia sigue recordándonos que los héroes no siempre llevan capa… a veces solo usan correa.