“Vieja, por fin hablaste”, imagina Silvia que le diría hoy su hijo Enzo Pittau
“A mi hijo lo condenaron antes de juzgarlo”

Por Infoqom
«Vieja, por fin hablaste»: la conmovedora declaración de la madre de Enzo Pittau tras años de silencio. Silvia, la madre del futbolista chaqueño fallecido durante un partido, rompió el silencio en una emotiva conferencia. Apuntó contra la Justicia, denunció causas armadas y pidió la sanción de la “Ley Enzo”.
Una conferencia de prensa conmovedora, llena de dolor y en busca de que la verdad grite
“Vieja, por fin hablaste”, imagina Silvia que le diría hoy su hijo Enzo Pittau desde donde esté. Esas palabras, cargadas de dolor y de desahogo, fueron el corazón de una conferencia de prensa que brindó esta semana tras años de silencio, en los que su familia soportó denuncias que —asegura— fueron falsas y devastadoras. El joven futbolista murió en abril mientras jugaba un partido en Machagai. Tenía 27 años y un largo recorrido judicial a cuestas por causas de violencia de género y abuso que, según su entorno, fueron construidas sin pruebas.
“Yo me callé durante siete años. Y hoy me arrepiento. Me arrepiento de no haber hecho marchas, de no haber hablado antes, de haber confiado en una justicia que nunca fue igual para todos”, dijo Silvia con voz quebrada y firmeza al mismo tiempo. Lo hizo rodeada de amigos de su hijo, de su familia, y con el cuaderno donde anotó, subrayó y guardó cada documento, cada frase, cada contradicción del expediente que marcó la vida de Enzo.
“No me importa si me quieren detener, que vengan por mí”
Silvia no habló desde el rencor, sino desde la necesidad. Su reclamo no es solo por lo que pasó, sino para que —como dijo una y otra vez— “no haya otro Enzo”.
Pidió dos cosas concretas: una ley que contemple el acompañamiento psicológico en los clubes para futbolistas que atraviesen situaciones de estrés o exposición mediática. “La Ley Enzo, para que haya psicólogos deportivos en las canchas. No sé si en todas, en dos, en alguna. Pero tienen que tener contención”, expresó.
Y la segunda: una ambulancia para Machagai, el pueblo donde falleció su hijo y donde nació el padre de Enzo. “No sé si una ambulancia lo salvaba. Su corazón estaba muy herido. Pero quiero que ese lugar tenga una ambulancia con su nombre.”
“A mi hijo lo condenaron antes de juzgarlo”
Enzo Pittau fue denunciado por su expareja en 2018, en el marco de una conflictiva separación en la que, según Silvia, “se usaron todos los mecanismos para destruirlo”. La madre asegura que hubo testigos ignorados, documentos truchos y presiones judiciales para que se declare culpable.
“Nos decían que nos callemos, que era lo mejor. Que aceptemos el abreviado, pero Enzo no quiso. ‘No, mamá, yo no me voy a declarar culpable de algo que no hice’, me decía.”
Recordó que uno de los jueces llegó a admitir en privado que su hijo “ya estaba condenado antes del juicio”. Enzo, afirma, nunca dejó de presentarse ante la justicia. “Jamás pensó en escaparse. Siempre dio la cara. Y aún así lo detuvieron una y otra vez. Le armaron otra causa mientras esperábamos la libertad por la anterior.”
“Fue una causa armada. Y lo saben todos”
Silvia apunta especialmente contra la exministra de Salud, Paola Benítez, quien intervino en uno de los momentos claves de la causa cuando era directora del S.I.N.A.P. Según la madre, firmó un informe psicológico sin revisar a la menor ni ordenar pericias completas. “Le dieron 72 horas para hacer la denuncia, sin pruebas, sin revisar a nadie. Y aún así avanzaron.”
Mostró documentos, subrayados, formularios con errores de fechas, historias clínicas “que aparecieron por arte de magia”. “Ella llevó un documento público en su cartera. Si yo hiciera eso como docente, me sancionan. Pero ella no tuvo consecuencias.”
“Mi hijo no aguantó más”
Silvia asegura que Enzo murió de un corazón cansado de sufrir. “Le explotó de tristeza. Lo vi llorar cada día del padre, cada cumpleaños sin poder ver a su hija. Nos silenciaron, nos hicieron sentir que no valíamos nada.”
El relato de la madre mezcla impotencia, ternura y lucha. Habla como madre, como educadora, como ciudadana. Y lo hace, finalmente, como quien se libera. “Tengo otra hija, tengo nietos. Por ellos sigo. Pero a Enzo no me lo devuelve nadie. No me callan más.”
Silvia Pittau pidió ser escuchada. Lo hizo después de años de dolor en silencio. Ahora, su voz busca justicia. Y una ley que lleve el nombre de su hijo.