El temporal el Buenos Aires dejó dos muertos y tres desaparecidos

Luego de tres días consecutivos de lluvias intensas en el norte de la provincia de Buenos Aires, los efectos del temporal son graves y el panorama, lejos de estabilizarse, continúa siendo delicado en varios municipios.

Miles de personas siguen lidiando con las secuelas del agua dentro de sus hogares. En barrios como Santa Lucía, en el límite entre Campana y Zárate, las familias denuncian expresaron la urgencia de la situación y piden que las respuestas oficiales se aceleren. “Perdimos todo, todo el barrio, no solamente yo. Sacamos todo, colchones, televisores, la gente perdió todo”, relató Gabriela, una de las vecinas afectadas. Desde su casa, donde permanece por temor a robos nocturnos, explicó que la única ayuda que recibió fueron “lavandina y una vela”.

La falta de distribución de asistencia fue otro reclamo recurrente. Según contó una vecina llamada Cinthia, debió acercarse hasta la municipalidad porque no le quedó ni un colchón para dormir. Sin embargo, aseguró, la respuesta fue negativa: “Me dijeron que no, que van a esperar a que pase todo esto y van a hacer un censo”. Mientras tanto, ella y su familia improvisan camas con ropa sobre una mesa. “Dormimos como podemos”, resumió, en un cuadro dramático.

El agua arrasó con viviendas, pertenencias y pequeños comercios familiares. Una vecina narró que su hija de 13 años tuvo que ser alojada en casa de una amiga tras perder todo. La escena de la inundación, según dijo, fue “increíble”: heladeras y muebles flotaban en el interior de su casa. “Tuvimos que salir en canoa, dejar todo. Mi marido hizo todo lo que pudo, pero después ya no se podía salvar nada”, explicó.

La situación comprometió el trabajo de los comercios de la zona. Uno de los jóvenes del barrio, que había montado una barbería improvisada en el fondo de su vivienda, perdió sus herramientas. Su madre detalló que tanto él como su pareja están sin empleo, y que la única fuente de ingresos en su familia es su esposo. “Yo también estoy sin trabajo, en tratamiento por ansiedad y ataques de pánico. Con esto, peor”, dijo.

En medio de ese escenario, distintas organizaciones civiles y vecinos intentan suplir la ausencia estatal. El Centro de Rehabilitación Honrar la Vida, por ejemplo, se movilizó desde el barrio San Cayetano para acercar velas, calzado y ropa. También lo hizo la Cruz Roja, según confirmó un integrante del mismo centro. Sin embargo, la ayuda es fragmentaria y, en ocasiones, insuficiente. “Nos dieron colchones en el Club Ciudad, pero no los pudimos traer. Tienen que quedarse allá porque, dicen, pueden venir otras personas y los necesitan ahí”, explicó un vecino, añadiendo que muchos optan por no volver a los centros de evacuación para evitar robos en sus casas.

 

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