Campesinos correntinos se organizan para salvar semillas nativas

En el corazón de Corrientes, el Instituto de Cultura Popular (INCUPO), junto a organizaciones rurales, impulsa una red de «guardianes de semillas» para preservar un patrimonio silencioso pero esencial: las semillas nativas y criollas.

La semilla nativa es vida

“Las semillas nativas y criollas son aquellas que fueron producidas naturalmente por las familias campesinas a lo largo del tiempo. Por su permanente cultivo, estas semillas se fueron adaptando al suelo y al clima del lugar, adquiriendo gran resistencia a enfermedades, lo que las hace menos dependientes de insumos químicos”, explica Fredy Fleitas, técnico de INCUPO en Corrientes.

Entre ellas, destaca el maíz amarillo criollo, base de comidas tradicionales como el mbaipuy, el locro o la sopa paraguaya.

A diferencia de las nativas, las semillas híbridas son producto de cruzamientos controlados. Aunque suelen ofrecer altos rendimientos en su primera siembra, pierden calidad al resembrarse, lo que obliga a los productores a comprarlas cada temporada. Las semillas transgénicas u organismos genéticamente modificados (OGM), por otra parte, son creadas en laboratorios a partir de genes de diferentes especies, están patentadas por grandes empresas, requieren del uso de agroquímicos y su utilización implica el pago de regalías.

Las semillas criollas no sólo alimentan: permiten conservar e intercambiar, de forma solidaria y colectiva, prácticas culturales y saberes ancestrales. Son, en palabras de Fleitas, “semillas de libertad”.

Una amenaza que puede revertirse

Muchas semillas criollas hoy están en riesgo de desaparecer, debido al avance del modelo agrícola industrial, que prioriza variedades modificadas genéticamente y de alto rendimiento, pero con serias consecuencias para la salud humana y ambiental.

Ante esta amenaza, INCUPO acompaña procesos comunitarios de rescate, conservación  e intercambio de semillas en distintos puntos de Corrientes. Junto a organizaciones como la Cooperativa agroecológica Las Tres Colonias de la zona de Bella Vista y la Comisión departamental de pequeños productores de Saladas, se impulsan encuentros de intercambio, relevando las semillas que se están utilizando y las que están escaseando, para evitar que variedades aún existentes se pierdan.

Así surgen los “guardianes de semillas”: productores y familias que asumen el compromiso de cuidar y multiplicar determinadas semillas, una práctica que ya se extiende en varias provincias. Lo que se busca es recuperar y valorizar las semillas nativas y criollas como base de la soberanía alimentaria, protegiendo la biodiversidad, la identidad alimentaria y la salud ambiental.

La experiencia en primera persona

Segundo Salas, integrante de la Cooperativa Agroecológica Las Tres Colonias, es uno de ellos. “Yo conservo el maní criollo negrito, una variedad de ciclo corto, muy productiva y resistente a las plagas. Una vez cosechado, selecciono las mejores vainas y luego de un secado natural las guardo en bolsas hasta el año siguiente”, cuenta.

Las técnicas de conservación varían según la especie, pero todas implican saberes específicos: selección, limpieza, secado, y resguardo frente a factores como la humedad, la temperatura, la luz o los insectos.

Ferias, redes y articulación

Los encuentros organizados por INCUPO no solo fortalecen la conservación local, sino que también buscan construir redes regionales. Están previstas ferias de intercambio entre organizaciones, con participación de escuelas e instituciones, y la presencia en espacios provinciales como el Encuentro de Ferias de Corrientes.

Además, se proyecta la realización de un Encuentro Zonal de “Semillas, Saberes y Sabores” en Saladas, con el acompañamiento del Instituto de Botánica del Nordeste (UNNE).

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