Importador de Cocaína: Drones de vigilancia nocturna y tareas de inteligencia para atrapar el prófugo más buscado

Waldo Bilbao no solo operaba dos aeródromos narcos, sino que también había invertido en radios, un teatro y en las camisetas de Newell’s y Central

Por Germán de los Santos para LA NACION

Desde lo alto del edificio donde estaba escondido, en el barrio Martin, en Rosario, a unas cinco cuadras del Monumento a la Bandera, Waldo Bilbao vio que varios patrulleros llegaban al lugar y decidió esconderse en un recoveco que tenía preparado. Una ventana del lavadero daba a un hueco por donde pasan las cañerías. Incluso, hasta podría bajar por un caño y salir por otra ventana. Pero su escondite falló. Fue atrapado cuando los agentes de la Tropa de Operaciones Especiales entraron en el departamento.

Este narco, que con su hermano Brian, que sigue prófugo, manejaba dos aeródromos narcos en las afueras de Rosario, donde bajaban avionetas cargadas de cocaína procedente de Paraguay y Bolivia, vivía en la casa de su pareja Guadalupe Torres, que cumple prisión domiciliaria en ese complejo que tiene vista al río Paraná y que es conocido como El Palomar, construido a fines de los años 60.

Fuentes judiciales señalaron que los gendarmes que iban a corroborar que Torres cumpliera con los requisitos de la prisión domiciliaria tocaban el portero eléctrico y esperaban abajo, hasta confirmar que la mujer estaba allí, pero nunca entraban en su departamento, donde estaba escondido uno de los narcos prófugos más buscados en Santa Fe. A los investigadores les llamó la atención esta situación y no descartan investigar si Waldo Bilbao contaba con una protección de esta fuerza de seguridad nacional.

Los agentes santafesinos al mando del titular del área de Inteligencia Maximiliano Bertolotti pasaron días vigilando ese edificio. La sospecha que tenían, a partir de información que les había llegado, era que la pareja de Bilbao podía llevar a sus hijos a ver a su padre. Torres los llevaba a la escuela todos los días y cada dos semanas una hermana de Bilbao le llevaba comida. Los agentes hicieron tareas de vigilancia con drones y cámaras, pero no surgía nada hasta que un día notaron la sombra de una persona mayor dentro del departamento. Estaban seguros que no era Torres ni los chicos. El viernes a la noche decidieron entrar y tras abrir una reja y dos puertas ingresaron. En el lavadero notaron que había una ventana abierta e inmediatamente divisaron a Bilbao que intentaba trepar por un caño en una especie de ducto interno del edificio. Lo alcanzaron a agarrar de una pierna y consiguieron detenerlo.

Waldo Bilbao, detenido en un departamento céntrico de Rosario.

Los hermanos Bilbao eran los gerentes de un emprendimiento narco destinado -según las sospechas- al contrabando internacional de cocaína, que probablemente salía al exterior por los puertos de la región. Además, manejaban un tejido de inversiones para lavar el dinero que era espeso y diverso, iba desde emprendimientos inmobiliarios a flotas de taxis, medios de comunicación, biodiesel, fabricación de afiches para campañas políticas y espectáculos musicales. En 2018, gerenciaron en Rosario una franquicia de la radio Vorterix, que contaban con un teatro para hacer shows de rock. También se asociaron con un personaje llamativo y misterioso el corredor inmobiliario Juan Carlos Vargas, dueño de la inmobiliaria Adelante, cuya publicidad estuvo en las camisetas de Rosario Central y Newell’s. Vargas terminó imputado por estafas reiteradas.

A mediados de julio pasado fue detenido un integrante de esta organización en una situación bastante paradójica: en pleno barrio de Nuñez, a pocas cuadras del estadio de River. Pablo Javier Raynaud era fanático de ese club y quienes lo seguían sabían que cada tanto, a pesar de estar prófugo, como retrata la película El secreto de sus ojos, iba a ver partidos de su club.

La banda narco operaba cerca del barrio privado Campo Timbo, donde operaba una de las pistas usadas por traficantes colombianos. Marcelo Manera – LA NACION

Tenía cuatro plateas y vivía a cinco cuadras del Monumental, en Blanco Encalada al 1400, en Nuñez. Estaba prófugo desde octubre de 2023, como Bilbao. Raynaud, de 51 años, que había sido empresario agropecuario, era un engranaje clave de la logística en un rubro complicado, como es el tráfico de drogas. Este hombre era el dueño de una pista de aterrizaje y un hangar en Carrizales, en una localidad que está a 40 kilómetros de Rosario, donde bajaban las avionetas que traían cocaína de Bolivia y Paraguay, como lo hacían también en otro aeródromo en Campo Timbó, un country ubicado en Oliveros.

La detención de Raynaud, luego de un trabajo conjunto entre el área de inteligencia, que conduce Bertolotti en Santa Fe con la SIDE, no derivó aún en novedades sobre el paradero de Brian Bilbao, que es la figurita más difícil de este equipo narco. Además de Bilbao siguen prófugos Paola Vanesa Acuña, Yoel Denis Aragón, Mariano Miguel Zuviría y Maximiliano Javier Martínez.

En febrero del año pasado, fue detenido en Colombia, Julián David Correa Posso, nacido en Medellín, quien decidió desaparecer de golpe del hotel Ferro Apart, de Funes, donde se hospedaba en se momento junto con otros compatriotas con los que compartía dos cosas: eran pilotos y mecánicos de aviones y trabajaban en un hangar y una pista de aterrizaje narco en Campo Timbó, en Oliveros.

La detención Correa Posso en Medellín confirmó el vuelo internacional que tenía esta organización, que traía cocaína desde Bolivia y Paraguay a una zona que se encuentra a pocos kilómetros de las terminales portuarias, que tiene salida al mar a través de la Hidrovía.

La base de operaciones de la banda narco estaba asentada en el country de Campo Timbó, un lugar lujoso y apacible, que está ubicado sobre el río Carcarañá y a unos dos kilómetros del Paraná, y en Carrizales, un pequeño pueblo rural cercano a Andino.

A partir de que se detectaron estas pistas y los movimientos de las aeronaves, los investigadores judiciales pusieron la mira en las operaciones de supuesto lavado de dinero que arbitraban los integrantes de esta banda.

Tres avionetas narco fueron secuestradas por la Gendarmería.  Gendarmería

En la investigación se logró avanzar sobre una serie de negocios que la pata rosarina de la organización había montado en múltiples rubros, tan amplios que iban desde empresas que se dedicaban a la publicidad electoral a bares, radios, y taxis, entre otros emprendimientos.

Según el expediente al que tuvo acceso LA NACION, Brian Bilbao fue el responsable de la compra, a través de testaferros, de la sociedad VTX Rosario, que controla los teatros Vorterix de esta ciudad y de Mar del Plata. Los hermanos Bilbao habían destinado una combi Renault Master para el traslado de los artistas que tocaban en el teatro, que conducía Hernán M., que era parte de la banda narco, de acuerdo a la documentación de la causa.

Brian y Waldo Bilbao desembarcaron en Vorterix a partir del 29 de octubre de 2018.El presidente la sociedad era Juan Carlos Vargas., un empresario del rubro inmobiliario. Siempre llamó la atención que el nombre de la inmobiliaria Adelante fuera el sponsor oficial de las camisetas de Newell’s y Rosario Central.

Otro indicio de que algo extraño había detrás de Vorterix en Rosario era que los artistas que tocaban cobraban entre tres y cuatro veces más que en otros teatros. Ese era el comentario que rondaba en el ambiente del rock.

Otro emprendimiento que nació en torno a esta organización fue el bar “Affascinante”, ubicado en el barrio Echesortu de Rosario, donde cuatro meses después abrieron una nueva sucursal. También instalaron una concesionaria de autos llamada Portillo Usados Exclusivos.

Uno de los emprendimientos más llamativos de este grupo criminal fue una empresa dedicada a la publicidad callejera. VYA Digital SRL figura como radicada en la ciudad de Álvarez, ubicada a 40 kilómetros de Rosario. Se sospecha que esta firma era conducida por Bilbao. Esta firma habría obtenido una licitación para la colocación de luces led en la comuna.

Un rubro que tampoco desaprovecharon para supuestas operaciones de lavado de dinero fue el del biodiesel. Glycine Max SRL se ocupaba de la producción de combustible vegetal, primero en la localidad de Gálvez y luego mudaron la planta a Álvarez.

Según la investigación también se invirtió dinero en la explotación de taxis bajo los nombres de “Taxideral” y “Remitaxi”. Según fuentes de la Municipalidad se detectaron en su momento unas 14 licencias de taxis que serán dadas de baja.

Toda esta madeja de sociedades fue montada, según los investigadores judiciales, para lavar dinero que provenía de la principal actividad que tenía este grupo, que era el narcotráfico a gran escala. Cuando Gendarmería allanó Campo Timbó el 15 de noviembre de 2023 decomisaron tres avionetas, un remolcador, vehículos, armas de fuego, dinero en efectivo, dispositivos tecnológicos y documentación relevante para la causa. En los peritajes de microaspirado que se realizaron en las aeronaves se encontraron rastros de cocaína, pero en la investigación no logró incautar un gramo de droga, lo que habla de la sofisticación de una organización narcocriminal que fue golpeada con la captura de uno de sus jefes.

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