CGT Chaco alzó la voz frente al Poder Judicial: una señal de alerta en medio del ajuste

La central obrera llevó sus reclamos al Superior Tribunal de Justicia en una movilización que, más allá del petitorio formal, dejó un mensaje político claro: los trabajadores no están dispuestos a ser la variable de ajuste.
En un contexto marcado por la tensión social, el ajuste económico y el retroceso de derechos, la CGT Chaco protagonizó una doble jornada de alto voltaje simbólico. Primero una convocatoria en la sede de la Central Obrera, el lunes, y luego una movilización que culminó frente al Superior Tribunal de Justicia, este martes, y que no fue sólo una marcha sindical: fue una advertencia política, un llamado a la institucionalidad y una muestra de que los gremios buscan volver a ocupar un rol activo en la discusión pública.
Con un petitorio que incluye demandas históricas –como el respeto al derecho laboral y a las garantías constitucionales–, y reclamos urgentes –como el freno a los despidos y la protección social para los más vulnerables–, la CGT dejó en claro que no aceptará pasivamente el rumbo que ha tomado el país ni el impacto que este tiene en la provincia.
Una interpelación al Poder Judicial
La elección del STJ como receptor del petitorio no fue casual. La central obrera apuntó directamente a la Justicia chaqueña, a la que acusa de haber cedido terreno frente a las presiones políticas y económicas. «Queremos un Poder Judicial autónomo, que no sea cómplice del desmantelamiento de derechos», dijeron algunos de los voceros durante la movilización.
El documento entregado también pone el foco en la supuesta persecución judicial contra dirigentes gremiales y sociales, algo que enciende alarmas en sectores que ven un uso arbitrario del aparato judicial para disciplinar la protesta.
La crisis laboral en el centro de la escena
El punto más crítico del petitorio es el que denuncia despidos masivos en los sectores público, privado y municipal. La CGT advierte que cientos de familias chaqueñas están quedando sin sustento, y que el impacto de estas medidas no se limita a lo económico: se trata de una fractura profunda en el tejido social.
Además, remarcaron la falta de contención estatal para los trabajadores informales y de la economía popular, que quedaron completamente desprotegidos tras la baja de programas sociales nacionales.
¿Un nuevo ciclo de conflictividad?
La jornada de este martes podría marcar el inicio de un nuevo capítulo en la conflictividad social y gremial de la provincia. Si bien en los últimos meses las protestas habían sido más esporádicas y atomizadas, el llamado de la CGT a construir una “agenda común” con otros sectores políticos, sociales y religiosos abre la puerta a una articulación más amplia.
En un año que se perfila como bisagra para la política chaqueña, el rol del movimiento obrero podría volver a ser decisivo.