Favores, conexiones y maltratos: cuando el Poder Judicial chaqueño se protege entre sí

La Justicia de la Edad Media

En el entramado del Poder Judicial del Chaco, los vínculos familiares, las lealtades políticas y los favores internos han demostrado ser más poderosos que cualquier normativa o principio republicano. Los casos de la jueza Teresita Fanta, el fiscal de Estado Roberto Herlein y su esposa, María Esperanza Müller dos Reis, dibujan una red de privilegios que no solo preserva a quienes ostentan poder, sino que resuelve sus conflictos con una rapidez inalcanzable para cualquier trabajador común.

El “suplicio” de la esposa del Fiscal: resuelto sin denuncia formal

 

Müller dos Reis, quien figura como Secretaria Letra de la Defensoría General, manifestó verbalmente su disconformidad por el trato recibido en el Juzgado Civil y Comercial N.º 9, donde prestaba funciones. No hizo una denuncia formal, no recurrió a sumarios, ni apeló a mecanismos burocráticos. Bastó según testimonios internos- con comunicar su incomodidad al Procurador General Jorge Canteros para que se activaran los mecanismos necesarios y se resolviera su situación de manera inmediata y silenciosa.

El resto de los mortales: denuncias ignoradas o negociadas

 

La realidad para el resto de los trabajadores judiciales es muy diferente. No solo deben soportar condiciones abusivas durante años, sino que cuando se animan a denunciar formalmente, rara vez se les da curso. Muchas de esas denuncias son archivadas sin explicación, cajoneadas o —peor aún— se transforman en negociaciones políticas internas que terminan por preservar a los responsables, blanqueando la impunidad y obligando a las víctimas a convivir con sus agresores.

Cuando los privilegios se imponen sobre la justicia, el Estado deja de representar a todos, y pasa a servir solo a unos pocos.

Fanta, Herlein y la lógica del privilegio judicial

 

La jueza Teresita Fanta, recientemente destituida tras años de denuncias por maltrato, representa este mismo patrón. Fue protegida durante años, hasta que la presión pública hizo imposible seguir ocultando lo evidente. Sin embargo, se retiró sin consecuencias reales, con una jubilación millonaria y sin rendir cuentas públicamente por el daño causado. Todo indica que Herlein podría seguir el mismo camino si no se actúa a tiempo, con sus protegidos ocupando cargos clave, y él blindado por los mismos mecanismos que antes ampararon a Fanta.

Una estructura que se autoprotege

 

Estos casos revelan una Justicia que no se juzga a sí misma, donde los funcionarios con poder cuentan con canales de privilegio mientras los trabajadores comunes son silenciados o desprotegidos. La lógica es clara: quien tiene apellido, cargo o conexión, obtiene respuestas; los demás, resignación.

Es tiempo de romper con la impunidad jerárquica

 

La sociedad chaqueña no puede naturalizar más este doble estándar y cuando les toque -porque a más de uno le puede tocar- no . Si no se garantiza igualdad ante la ley y equidad institucional dentro del propio Poder Judicial, no hay democracia posible. Es hora de que quienes gobiernan, legislan y controlan, tomen decisiones. Porque cuando los privilegios se imponen sobre la justicia, el Estado deja de representar a todos, y pasa a servir solo a unos pocos.

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