Gloria Romero: “Si los dejan libres, no aprendimos nada”
En el inicio del juicio por jurados por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, su madre, Gloria Romero, dialogó con Infoqom en Resistencia. A dos años del crimen que conmovió al país, expresó sus temores, su esperanza en la Justicia y el dolor que aún atraviesa.
Durante los últimos meses, se llevaron adelante casi 40 audiencias preliminares en la investigación que tiene como principales acusados a Emerenciano Sena, Marcela Acuña y César Sena, junto a otras cuatro personas.
Gloria reconoció que vivió ese proceso con angustia:
“Tenía miedo de que prescriba la causa. Alargaban y alargaban, y yo pensaba que iban a salir caminando. Que llegue la fecha del juicio fue una bendición para mí”.
Aunque considera que un juicio por jurado “no es lo ideal en un caso tan grave”, confía en el criterio de la sociedad:
“Tienen que decidir por unanimidad, pero creo que con todo lo que la gente vio, con todo lo que se conoció de ellos mismos, se va a hacer justicia. Cecilia entró a esa casa y nunca salió. No se evaporó”.
El desgaste emocional y la salud
Romero admitió que, por su salud, debió alejarse de la exposición mediática durante las audiencias:
“Traté de no leer tanto porque cada vez que lo hacía, lloraba. Soy hipertensa, tuve un pico de presión muy alto. Mi hija me pidió que pare. Me dijo: ‘Hasta acá llegamos, mami. Que me ataquen a mí si quieren’”.
También recordó los años previos, cuando los Sena estaban detenidos, y cómo las cartas escritas por los acusados revelaban la estrategia de dilatar el proceso:
“La carta de César donde dice que no tienen que llegar a juicio me dio miedo. Pensé que le estaban haciendo caso y que no íbamos a llegar. Si esas causas viejas no hubieran prescripto, todos habríamos sabido quiénes eran ellos”.
Apoyo y desilusión
A pesar de los ataques y la manipulación política que dice haber sufrido, Gloria destaca el apoyo recibido de todo el país:
“Tengo más gente que me quiere que la que no. Recibo mensajes de Argentina, de Chile, de Brasil, de Londres, de Uruguay… mujeres que me dicen ‘mamá, sos una leona’. Hasta me ofrecieron formar redes internacionales en nombre de Cecilia para ayudar a mujeres sin recursos”.
También agradeció al abogado Gustavo Briend:
“Si él no se ofrecía a defenderme pro bono, yo tendría un defensor gratuito y el caso estaría olvidado en una carpeta más de fiscalía”.
“Elegí la vida”
Consultada sobre las críticas por haberse alejado del Chaco, Romero fue contundente:
“Yo no me fui a Buenos Aires, me fui al sur. Nadie estuvo en mis zapatos. Tuve que elegir entre una hija muerta y una hija viva. Ángela es lo único que me queda. Si ella me dice ‘vámonos’, yo me voy. Mi maternidad es lo único que me importa”.
En la intimidad, mantiene viva la memoria de Cecilia:
“Le escribo cartas, subo fotos. Tengo guardado el frasco con las ‘100 razones por las que me amaba’. Lo hizo el último Día de la Madre. Eso está de puño y letra de ella, no lo puede negar nadie”.
Expectativa ante el juicio
Sobre el juicio que comenzará en los próximos días y podría extenderse hasta 2026, Romero sostuvo:
“Si los declaran inocentes, no aprendimos nada. Vamos a dejar que nos desaparezcan, que nos pisoteen. La vida de un ser humano no puede valer menos que una bandera política. Si los dejan libres, la gente va a volver a sufrir”.
Aun así, conserva la esperanza:
“Confío en que el jurado tenga memoria. Que recuerden las amenazas, las prepotencias, el miedo que infundieron. Si hacen justicia por Cecilia, va a ser justicia por todos”.
“Sos pobre, no esclavo”
Finalmente, dejó un mensaje que resume su lucha:
“Ojalá esto genere un cambio real, no político. Que aprendamos a no dejarnos pisotear. Que nadie tenga que entregar su cuerpo o su libertad por una bolsa de mercadería. Estamos en 2025. Sos pobre, no esclavo. Pegá el grito de libertad”.






