La doble moralidad de la Justicia: influencias políticas y familiares, protección e impunidad

El caso de Pastore es un ejemplo preocupante de las consecuencias de la combinación de nepotismo, y de cómo las conexiones políticas generan protección para políticos e impunidad para para abusos internos.

Pastore es un maltratador conocido en la justicia, pero nadie ha actuado debido a su conexión familiar con la ex jueza Ana Order, quien aparentemente sigue influyendo en sus ex colegas.

Para designar jueces o avanzar denuncias, se necesitan acuerdos entre partidos políticos opuestos. Esto genera un margen de negociación que requiere un toma y daca de favores entre jueces y políticos.

«Me apoyas para Jueza, luego te ayudo en las causas judiciales que tengas».

 

Para tramitar esos expedientes claves, necesitan personas de absoluta confianza, que no revelen las maniobras ocultas.

Esas personas que generalmente son familiares o amigos, conocen los detalles e información de las causas turbias y con ese secreto, también adquieren impunidad derivada de ese sistema corrupto.

En este esquema, que sean maltratadores, es un detalle menor para sus jefes.

Esto, generalmente, termina en impunidad y protección para los culpables de abusos internos.

Este es el problema derivado de la política y la justicia entrelazadas con clanes familiares controlando diversas áreas.

El caso de Pastore también es un ejemplo preocupante de cómo algunas juezas tienen dos caras o juegan a dos puntas: defienden causas como el feminismo y la lucha contra la violencia laboral, aunque en secreto protegen a los opresores y omiten actuar contra abusos.

En la política también parecen jugar con los dos bandos, las designaciones por ejemplo de la esposa de un ex ministro de Capitanich en la Cámara, se compensa con fotos o favores con el gobierno de turno.

Es preocupante cuando algunos jueces y juezas parecen tener dos caras, defendiendo causas como el feminismo y la lucha contra la violencia laboral en público, pero en privado protegen a los opresores y omiten actuar contra abusos.

La violencia laboral, especialmente contra las mujeres, es un tema grave que requiere atención y acción efectiva. El feminismo y la lucha contra la violencia laboral deben ser defendidos de manera genuina, sin dobles estándares ni intereses ocultos.

Para combatir esta problemática, es esencial:

 

– Transparencia en designaciones judiciales: Garantizar que las designaciones se basen en méritos y no en influencias políticas o familiares.

– Investigación y sanciones: Investigar y sancionar a aquellos jueces y funcionarios que no actúan bien.

Solo así podemos lograr una justicia verdaderamente justa y equitativa para todos. La violencia laboral, especialmente contra las mujeres, es un tema grave que requiere atención y acción efectiva. El feminismo y la lucha contra la violencia laboral deben ser defendidos de manera genuina, sin dobles estándares ni intereses ocultos.

Ilustración de portada: Blanch 20

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