La unión entre Javier Milei y Cristina Fernández de Kirchner y las chances de Axel Kicillof
El gobierno libertario y Cristina Fernández de Kirchner parecen haber sellado un pacto para debilitar a Mauricio Macri, contener a Axel Kicillof y asegurar la supervivencia política de la expresidenta, en una alianza que mezcla intereses mutuos, estrategias de poder y negociaciones discretas.
Ya ni el gobierno ni el circulo áulico que rodea a Cristina Fernández de Kirchner se molestan demasiado en desmentir la existencia de un pacto entre ambos. Diversas razones han llevado a concretarlo: una visión monárquica común del poder: la necesidad de radicalizar la contienda instalando la lógica amigo-enemigo, borrando de la escena a otros competidores; y la desesperación de la expresidenta por no ir presa y tratar de conservar lo que le queda de su antiguo liderazgo son, seguramente, las principales. En los últimos días, el despido de funcionarios acusados de perseguir al cristinismo terminó de hacerlo visible a las luz pública. Al fin de cuentas, es mucho más lo que acerca a Cristina y a Javier Milei – Santiago Caputo que lo que los diferencia.
Para el gobierno es mucho más sencillo acordar con Cristina que con Mauricio Macri. Con el expresidente, cualquier concesión implicaría aportarle una sobrevida que se opone al objetivo oficial de terminar de jubilarlo junto con la fuerza política que supo crear, el Pro. Con Cristina es diferente, ya que implica poner en el ring a una competidora desgastada y con pésima imagen pública para dar la batalla final una vez que el partido amarillo sea simplemente un recuerdo. Pero, sobre todo, levantar a Cristina implica la posibilidad de tumbar a Axel Kicillof.
Con algunas simples señales de aparente confrontación con Cristina, como el envío del proyecto de ley de Ficha Limpia a extraordinarias, el gobierno se garantiza el apoyo del gorilismo y confirma, aunque no sea real, que pretende ir más a fondo que el Pro en la proscripción política de la expresidenta. Ese proyecto no podrá pasar el Senado, con amplia presencia pan peronista, y si lo hace será a costa de que el peronismo acuerdista se distancie de su antigua jefa. Una Cristina debilitada, en el centro de la escena y confirmadas las sospechas de corrupción sería un escenario dorado para La Libertad Avanza.
Mientras le pega ese palito, simultáneamente Santiago Caputo y Eduardo de Pedro han negociado que el «Mago del Kremlin» haga valer toda su influencia para evitar que avancen las causas judiciales contra Cristina. Es de interés mutuo que esto suceda, ya que con Cristina fuera de competencia Axel Kicillof se convertiría automáticamente en jefe de la oposición real contra el gobierno.
Kicillof precisa a toda costa desdoblar las elecciones, para confirmar a la sociedad su liderazgo sobre los intendentes bonaerenses y su condición de único opositor real al gobierno nacional. Tanto la Casa Rosada como Cristina temen este escenario más que a la peste: precisan simultaneidad y listas que reconozcan el liderazgo de la expresidenta en Nación y en provincia. El gobernador deberá animarse a hacer saltar el tablero, refundando su administración sin funcionarios del cristinismo ni de La Cámpora, y habilitando carteras y cargos para actores procedentes de otros espacios políticos, incluidos radicales, socialistas y hasta Pro y libertarios disidentes. Su gestión deberá ser su programa y también el espejo de su lista electoral.
Aunque lo niegue, para él esto es una cuestión de supervivencia. Esta nueva y eventual alianza le permitiría aprobar el presupuesto y habilitar el endeudamiento sin necesidad de deberle nada a Cristina ni a Máximo Kirchner. Se trata de una apuesta muy fuerte. Habrá que ver si se anima a realizarla.
Fuente: REALPOLITIK