Universidad, empresa y Estado para el desarrollo y la innovación productiva

Gobernar debe ser una de las actividades más estresantes y más insanas de un ser humano, fuera de esta categoría -humanos- quedan los dictadores, autócratas, tiranos y los soberbios-ególatras, que no sufren porque carecen de sensibilidad y moral para percibir el daño que provocan a sus semejantes.
La oportunidad, la situación favorable para iniciar ese largo camino del crecimiento y desarrollo económico de nuestra provincia se puede dar tomando contacto con la ciencia, el conocimiento, los empresarios y otros Estados -argentinos o extranjeros- que pueden exhibir resultados exitosos y palpables, tomándolos como un modelo, un parámetro de referencia.
Los grandes gobernantes tienen ese “don” para detectar ese momento propicio y conectarse, aprovechando los medios que se le presentan, quizá, como única oportunidad.
El Estado, el sector Privado y la Universidad pueden formar una Triple Alianza generando Desarrollo y Riquezas, que se vuelcan en la comunidad a través de generación de empleos, servicios y calidad de vida.
“Si no sabes hacerlo, imita al sabio”
La sabiduría también se adquiere observando y aprendiendo de aquellos que ya la poseen.
En estos jóvenes 40 años de Democracia, la Argentina no pudo lograr Desarrollo y Crecimiento Económico. Cada gobernante deshizo lo que empezó el anterior, no hay políticas de Estado comunes ni reglas de juego institucional, preservando justamente esas Instituciones: Poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo. Mucho menos un sistema Educativo de calidad, donde la educación superior participe en el diseño de políticas de Estado más convenientes, ajeno al interés político y sometido al rigor científico.
Vaya como ejemplo el Segundo Puente Chaco-Corrientes o el Segundo Acueducto, los gobiernos de la UCR y el PJ, nunca se pusieron de acuerdo dónde y como hacer las trazas. Y en definitiva no tenemos puente y el Segundo Acueducto no está concluido, y aún persisten las discusiones si la toma debía hacerse del río Paraná o del Bermejo hacia Resistencia. Esa discusión, bien se hubiera validado en la Universidad y no en la Casa de Gobierno, quizá hoy tendríamos ambas obras terminadas.
Japón es un ejemplo de cómo se construyó una potencia mundial, desde los escombros que dejó la derrota de una guerra. “El milagro japonés”, no puede explicarse en una página, pero quizá pueda concentrarse en tres conceptos: innovación tecnológica, inversión y trabajo calificado. Entonces, ¿Cómo es posible que Argentina no pueda escapar de la pobreza y la miseria? ¿Cómo es que no podemos obtener Desarrollo y Crecimiento Económico?
Otro aspecto en que se basaron los nipones fue la Educación, ocupó un lugar central como motor del crecimiento económico y modernización de ese país.
Los Estados del sur de Brasil son otro ejemplo de crecimiento, desarrollo económico y productivo, interactuando con las Universidades, invirtiendo en investigación y captando nuevos profesionales, formados a la luz de las necesidades y demandas de empresas del sector Privado y también del Estado.
Ya probamos 40 años con ciclos políticos y económicos basados en el personalismo, en partidos políticos de todos los colores y no logramos salir del pozo.
¿Por qué no probamos con la ciencia y el conocimiento que ofrece la Universidad, sumándola a los diseños de Políticas de Estado a mediano y largo plazo, que superen las gestiones de nombres y partidos políticos? Lo ha logrado Uruguay con gobiernos que o son más de izquierda o más de derecha, pero siempre con los mismos objetivos y reglas. Hasta a Chile le va mejor, tiene menos de 10% de pobreza y Paraguay tuvo una inflación anual de 3,8 % en 2024, nada que haya logrado Argentina en estos últimos 40 años.
Eso sí, para lograr el éxito hay que descartar la CORRUPCIÓN, uno de los principales factores del FRACASO ARGENTINO.