A los 51 años y junto a su hijo, el chaqueño Colo Wolkowyski le puso punto final a una carrera histórica

El chaqueño Rubén «Colo» Wolkowyski, campeón olímpico con la Generación Dorada, se despidió del básquet profesional a los 51 años, cumpliendo un sueño: jugar su último partido junto a su hijo Thomas. Lo hizo en el CB Salliver Fuengirola, de la Tercera FEB (cuarta división de España), el mismo equipo y la misma cancha donde eligió ponerle punto final a una trayectoria inolvidable.

Nacido en Castelli, Chaco, Wolkowyski construyó su carrera desde el esfuerzo silencioso y la determinación. Fue MVP de la Liga Nacional en el año 2000 con Estudiantes de Olavarría, equipo con el que ganó todo y donde ya celebraba los títulos alzando en brazos a su pequeño Tomás. Aquel pivote que dominó el básquet argentino dio el salto impensado desde nuestra Liga directamente a la NBA, dejando una marca imborrable para las generaciones que lo siguieron.

Su impacto también fue decisivo en la Selección Argentina: fue pieza clave en el equipo que alcanzó la final del Mundial de Indianápolis 2002, con recordadas acciones defensivas como la tapa a Ademola Okulaja y la memorable defensa sobre Dirk Nowitzki. Ya antes, en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, había protagonizado una jugada icónica con su tapón ante Arvydas Sabonis en la histórica victoria ante Lituania. En Atenas 2004, fue parte esencial de la conquista de la medalla dorada, anotando 13 puntos fundamentales en la final frente a Italia.

«De Chaco a la NBA, marcando el camino para muchos más», tituló la Confederación Argentina de Básquetbol (CAB) en su mensaje de despedida, reconociendo el legado de Wolkowyski en Instagram

En sus redes sociales, el Colo expresó su gratitud por la oportunidad de cerrar su carrera compartiendo equipo con su hijo: «Llegó el día de despedirme de las canchas junto a mi hijo Tomy. Gracias a este deporte tan hermoso que me dio ese lujo», escribió en Instagram. «Gracias a cada uno de los integrantes del equipo por ayudarme a poder jugar un año más. Serán una parte de mi hermosa historia», agregó.

El Ayuntamiento de Fuengirola también homenajeó al chaqueño entregándole una plaqueta con un emotivo mensaje: «En reconocimiento a Rubén Wolkowyski, por tu impagable ejemplo de amor por el baloncesto y los valores que fielmente has representado en tu carrera: compromiso, sacrificio, disciplina y compañerismo. Fuengirola es tu casa, Colorado. Gracias por tanto».

Desde Castelli al mundo, del barrio a la NBA, Wolkowyski no solo marcó una época en el básquet argentino: también dejó una huella de esfuerzo, humildad y pasión que será guía para futuras generaciones.

 

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