Primero yo: la vanidad y el amor por la lapicera, llevaron a Cristina a concretar la interna más inoportuna y suicida del PJ

El Partido Justicialista no está en condiciones de realizar elecciones internas, recibió una paliza electoral hace menos de un año y contra una figura que no tenía partido político, ni trayectoria y tampoco referentes para completar sus listas, de hecho Sergio Massa le «prestó» algunos candidatos a través de un acuerdo que Javier Milei lo reconoció públicamente.
Hace algunos meses, Ricardo Quintela, se postulaba en soledad para presidir el PJ, hasta había conversado con Cristina Fernández de Kirchner y aunque no recibió la «bendición», tampo ella manifestó su intención de postularse.
¿Qué motivó esta disruptiva decisión de CFK? La pérdida de su poder político y el de su hijo Máximo, frente al camino que eligió Axel Kicillof, tomando decisiones y eligiendo su destino político sin pedir permiso o aval ni a CFK, ni a Máximo ni a la Cámpora.
Hoy por hoy, Kiciloff tiene un potencial sin competencia en el PJ-kirchnerismo: es el mejor candidato a presidente para el 2027 y eso enfermó a Cristina, que pretende seguir manejando la lapicera y su perversa maña de imponer a su hijo, como si todavía existieran los títulos nobiliarios en la Argentina o los cargos y las conducciones políticas fueran hereditarias.
Artículo 16.- La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas.
La vanidad, el egoismo y la enferma necesidad de Cristina por mantener el poder de la lapicera, llevó a este intento de suicidio del PJ.
Mientras se lleva adelante el ajuste más brutal realizado desde 1.983, cuando la gente no llega a fin de mes y una gran parte de los jubilados están desesperados porque deben optar por comer o pagar sus medicamentos, cuando la población hace sacrificios para pagar un boleto de colectivo o las facturas de energía eléctrica o de agua y frente a lectura «trágica» que los dirigentes perokirchneristas hacen de la gestión de Milei, ¿solo se les ocurre proponer una elección interna?
Y no solo eso, ¿la solución es Cristina?, la que eligió a Alberto Fernández como otra «remedio» a los males de Argentina y terminó siendo el peor presidente de estos casi 41 años de democracia o la que eligió al propio Kicillof, a quien hoy envía a sus títeres a liquidarlo mediáticamente, como el caso de Mayra Mendoza, intendente de Quilmes.
Es increíble además, que el PJ proponga a CFK a quien están a punto de confirmarse una condena a seis años de prisión, ya en segunda instancia el próximo 13 de noviembre, en la causa Vialidad, donde se han respetado todos los plazos procesales y no hay denuncias de incumplimientos de sus derechos.
Algunos creen que ésta es la razón por la que la exreina del kirchnerato pretende tomar la conducción del peronismo, de esta manera -además de poder- podrá acomodar su candidatura como senadora nacional, para lograr fueros, y negociar impunidad con mayor posibilidades.
Curiosamente la lista de Cristina se llama «Primero la Patria», pero en verdad está muy lejos de la idea central de Juan Perón: «primero la Patria, después el Movimiento y por último los hombres».
Frente al «hambre» que sufre el pueblo argentino según la mayor parte de dirigentes peronistas, lo mejor que se le ocurrió a Cristina es disputar una costosa elección interna, donde más de 3 millones de afiliados deberán concurrir a expresar su voluntad entre una condenada y un hombre que llevó al default a La Rioja emitiendo bonos y persiguiendo a periodistas que lo critican.
De «renovación» ni hablar, las listas son impresentables, en Chaco si Cristina gana los candidatos a senadores serán Antonio Rodas y Marín Pilatti Vergara, ambos ocupan actualmente una banca en la cámara alta. Rodas ni siquiera ganó en su propio distrito, cuando perdió la intendencia de Fontana frente a otro justicialista que fue por la lista de Leandro Zdero. Pilatti no ganó ni las elecciones vecinales por sí sola, no tiene territorio ni la conocen más allá de las cuatro avenidas de Resistencia.
En fin, hay Milei para rato, el partido opositor más fuerte y organizado, se esfuerza por seguir dando las espaldas a quienes dice representar, anteponiendo sus propios intere$es y objetivo$.